por: Forma y Poder –
El líder de la iglesia anglicana británica ocultó información sobre abusos físicos y sexuales
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, jefe de la Iglesia Anglicana de Inglaterra y líder espiritual de slos seguidores de esta religión en el mundo, presentó su renuncia al cargo que ostentaba desde hace 11 años.
Lo anterior tras la fuerte presión que recibió, luego de darse a conocer que ocultó información relacionada con abusos físicos y sexuales cometidos en campamentos de verano cristianos tanto en Inglaterra como en Zimbabue y Sudáfrica.
Y aunque él no llevó a cabo dichos abusos, sí supo de ellos y no informó a la policía, lo que es la conclusión de la investigación llevada a cabo.
Los actos delictivos fueron cometidos por un voluntario, de nombre John Smyth, un abogado que abusó hace 50 años de jóvenes y adolescentes en dichas concentraciones.
El problema para Welby fue que, aunque los delitos se cometieron mucho antes de su llegada al arzobispado y a ser el dirigente de la iglesia anglicana, él supo de éstos y no lo reportó a la policía, aunque en su carta de dimisión dice que no sabía que debía hacerlo.
“Creo que apartarme es lo mejor para la Iglesia de Inglaterra, a la cual amo y a la que he tenido el honor de servir”, dice en su carta de renuncia el arzobispo que presidió la coronación del Rey Carlos III, los funerales de la Reina Isabel II y la boda del príncipe Harry con Meghan Markle.
La investigación que llevó a la renuncia de Welby concluyó no sólo que ocultó información, sino que se daba por sentado que altos jerarcas religiosos no debían rendir cuentas y que se privilegió al abusador en lugar de a las víctimas.
Todo esto viene por los señalamientos hacia John Smyth, quien abusó de forma sexual, psicológica y física de al menos 30 niños y jóvenes en Gran Bretaña y otros 85 en África, en la década de 1970.
“Es muy claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y retraumatizante período entre 2013 y 2024″, indica el comunicado, en el que dice haber creído erróneamente que no debía presentar información formal a la policía.