Por: Michelle Rosete –
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aceptó finalmente la repatriación sin restricciones de ciudadanos colombianos deportados desde Estados Unidos, luego de una serie de amenazas del gobierno de Donald Trump.
La disputa comenzó cuando Bogotá rechazó dos vuelos militares con deportados, lo que llevó a Trump a imponer aranceles del 25% a productos colombianos y a restringir visados para funcionarios del gobierno colombiano.
La presión sobre Petro aumentó, incluyendo la amenaza de sanciones económicas, lo que obligó a Colombia a cambiar su postura y aceptar los deportados sin condiciones, incluidas las deportaciones en aviones militares.
Este acuerdo pone fin a un impasse diplomático entre ambos países y desactiva las medidas punitivas de Estados Unidos, con la condición de que Colombia cumpla con la repatriación.
Aunque Petro había inicialmente rechazado la forma en que se realizarían las deportaciones, defendiendo que no se debía tratar a los deportados como prisioneros, finalmente accedió ante la presión internacional y económica.
La medida también refleja la delicada relación comercial entre ambos países, siendo Estados Unidos el principal socio comercial de Colombia.