Sobre lo Político y la Ciudadanía –
Por Claudia Rivera Hernández
El debate presidencial ha sido un evento esperado por los ciudadanos mexicanos, no sólo porque participan por primera vez dos mujeres candidatas a la presidencia de la República, sino porque el Instituto Nacional Electoral hizo una consulta para indagar los temas prioritarios para los mexicanos, los cuales serían considerados en las preguntas a realizar por los moderadores quienes organizaron el debate en tres momentos: Educación y Salud; Transparencia y lucha contra la corrupción; y Atención a grupos vulnerables.
Durante la participación de los tres candidatos, pudimos ver una serie de acusaciones entre los tres participantes y propuestas poco estructuradas. Lo que sí debemos destacar es que sus equipos de campaña hicieron lo mejor posible para brindarles herramientas de información que sustentaron sus argumentos.
Sin duda, los medios de comunicación que han retransmitido el debate también han buscado generar opinión pública hacia la línea editorial que cada uno de ellos maneja, este tema es relevante, pues la labor de los comunicadores debería ser la presentación de información sin juicios de valor… en su lugar, se mostraron tendenciosos.
Al concluir el debate presidencial, los medios de comunicación publicaron una guerra de cifras afines a cada candidato según la línea editorial del medio, pero la única opinión que cuenta es la que usted se forme tras conocer los argumentos y propuestas de las tres opciones que tenemos como futuro de nación.
Le recuerdo, estimado lector, que el debate no se gana ni se pierde, juzgue usted las mejores propuestas por sus propios medios, aquellas que sean más concretas, las que tengan la posibilidad de ser llevadas a cabo… las que sean a su juico las más necesarias para el país.
Fuera de las campañas negras y el manejo de las técnicas de mercadotécnica política, el debate ha sido una muestra de la destreza que tiene cada candidata o candidato a la Presidencia de la República para manejar sus emociones y responder con inteligencia para desmentir y argumentar a su favor.
Un debate debe mostrar de manera racional que las propuestas emitidas son coherentes y necesarias, producto del análisis y la fundamentación de los argumentos de una manera válida. El objetivo es generar concesos y acuerdos dentro de la comunidad, o al menos propiciar en la audiencia una reacción más positiva o negativa con respecto a una determinada postura ideológica.
En este debate nadie ganó o perdió. El verdadero resultado se verá el día dos de junio de 2024, donde los ciudadanos saldremos a votar por quien nos haya convencido. No olvidemos que la política es un juego cuyo fin es obtener el poder.