Calles Oscuras
El punto de no retorno
Por: Román Sánchez Zamora –
Fue tan emociónate el juego, todos fuimos a nadar, fue la mejor mañana, la tarde fue la que nunca se olvida…
En donde todos van, pero uno ya no regresa, a pesar de los lamentos y gritos de los padres, de sus hermanos, de sus parientes.
Por muchos años, se me hizo un nudo en la garganta cada vez que alguien la recordaba o le ponían una ofrenda.
Era triste recordarlo.
-¡Pero tú la viste al final!-
-Pero eso ya fue hace media hora-
Y como accidente, culminó todo.
Una chica más fue registrada a los dos años, ahogada, en el mismo lugar.
Tú no sabes del placer y la anergia que se siente tomar el poder en ese momento, sumergir a la persona; lucha por su vida y esa depende de ti, te sientes dios, tú decides si vive o muere, te suplica, al final deja de luchar y te mira a los ojos como un consentimiento y te sientes aún más poderoso…
Se levantó sudoroso a las 11:00 de la mañana, Carlos había dormido ya mucho.
De pronto el pasado se volcó en mí.
Había cosas que deje de recordar para convencerme y poder decir cosas que no me hicieran culpable.
Como amigos nos fuimos a un lado de la caseta del vestidor, allí donde el agua cae, donde pocos van por el ruido y allí lo hice, lo planee durante la semana, quería saber que se sentía, pero al final en ese momento dije y si la dejo vivir les dirá a todos y por ese hecho me iré a la cárcel y cuando salga me mataran… hay momentos en que no puedes volver hacia atrás.
Y se hizo, y lo hice y rehíce nuestra realidad…
Todo fue nuevo para todos, consummatum est.